Es tiempo del hombre-masa,
el reino de la cantidad,
del peso y la medida,
de lo que se puede contar.
Los hombres ya no nacen
del amor conyugal,
sino producidos en serie
de manera artificial.
Terroristas de bata blanca
se dedican a incubar
seres humanos clonados
en úteros de cristal.
Son los hijos del progreso,
de Einstein y la relatividad,
de la técnica y la usura,
de la razón instrumental.